Historia de la Parroquia de San Diego

Constitución de la parroquia

El día 11 de noviembre de 1998, día de San Martín de Tours, por decreto del Sr. Obispo de la Diócesis, D. José Sánchez González, se constituyó canónicamente la Parroquia de San Diego de Alcalá en Guadalajara. Nombró primer párroco de la misma a D. Pedro Cañamares Moreno.

Inicialmente estuvo ubicada en el número 11 de la Avenida de El Atance, lugar donde ya venía funcionando como “Centro parroquial” desde el 16 de julio de 1998.

El 13 de marzo del año del Señor 2005 domingo  V de Cuaresma, el Señor Obispo de la Diócesis D. José Sánchez consagró el altar y bendijo  el nuevo templo parroquial situado en la Avenida de El Atance número 1, del polígono residencial de Aguas Vivas de la ciudad de Guadalajara

El primer párroco fue D. Pedro Cañamares Moreno, natural de Bujalaro (Guadalajara), quien se hizo cargo de la misma a los 47 años de edad, después de realizar durante varios años su ministerio pastoral en el Colegio Diocesano Cardenal Cisneros.

Pronto se unieron al proyecto pastoral algunas religiosas de la comunidad de las RR. Hnas. de la Caridad de Santa Ana, y posteriormente también otras de RR. Reparadoras del Sagrado Corazón de Jesús, colaborando sobre todo en la tareas catequéticas y litúrgicas.

Un numeroso grupo de laicos, que se fueron agregando, y venidos sobre todo del centro de la ciudad, fueron conformando la estructura pastoral de la nueva parroquia, que todavía crece y se construye, recibiendo sobre todo a matrimonios jóvenes que comienzan su proyecto vital en este barrio de nueva planta de la ciudad de Guadalajara.

Se constituyó el Consejo Parroquial de Pastoral el 17 de marzo de 2007, quedando formado por un grupo de laicos junto con una religiosa y el párroco; y el 26 de Noviembre de 2007 inicio de forma oficial el servicio de Cáritas parroquial, con la aprobación de sus estatutos por el Obispo Diocesano.

En septiembre de 2017, sucediendo al primer párroco, inició el ministerio pastoral en esta parroquia de S. Diego de Alcalá un nuevo sacerdote D. Ángel Luis Toledano Ibarra, y el 14 de diciembre de 2017 inició sus labores de asesoría e información el Consejo Parroquial de Asuntos económicos. En julio de 2018, el Obispo diocesano nombró como Vicario parroquial a D. Juan José Plaza Domínguez, sacerdote que ya venía colaborando en la parroquia desde hace varios años.

 

Actividades                                                       

Se inicio el trabajo pastoral con la celebración de la Eucaristía dominical y las tareas catequéticas con los niños, en el elemental espacio del centro parroquial de un bajo comercial. Desde el 13 de marzo de 2005 las tareas pastorales, catequéticas, sociales y las diversas celebraciones litúrgicas se realizan en la Avenida de El Atance en el templo histórico rescatado de las aguas del embalse sobre el Río Salado por la Dirección de Obras Hidráulicas del Ministerio de Medio Ambiente.

 

El pueblo desaparecido de El Atance

El Atance, pedanía de Sigüenza, situado a 18 km de esta en dirección a Atienza, estaba situado sobre una loma desde donde se dominaba el Río Salado en la confluencia con el arroyo de la Hoz. El lugar fue habitado ya en tiempos remotos, existen vestigios arqueológicos de asentamientos celtíberos y romanos. Según el Diccionario de Madoz (1850) tenía veinte casas habitadas y según otras noticias en 1950 lo componían apenas doscientos moradores, aunque en 1981 sólo quedaban ya ocho personas y en 1989 cuatro y estás, ancianas. Los últimos moradores fueron dos: el Sr. Rufo y su señora, que abandonaron el poblado unos días antes de las últimas demoliciones para trasladarse a vivir a una casa de su propiedad en la cercana Sigüenza. Todos los habitantes de la población fueron indemnizados por la pérdida de sus casas y haciendas por Hacienda pública en la cantidad acostumbrada en estos casos, y tal expropiación finalizó en 1998.

 

Traslado del templo a Aguas Vivas en Guadalajara

En el año 2000 se terminó la construcción del embalse de El Atance, para reforzar el uso hidráulico de la cuenca del Henares; tal construcción incluía la inundación de los terrenos y el casco del pueblo, llegando la futura cota de las aguas hasta alcanzar la iglesia parroquial.

La Declaración de impacto ambiental decretó el traslado de la iglesia, propiedad del Obispado de Sigüenza-Guadalajara, y su reconstrucción en el Polígono Residencial de Aguas Vivas en Guadalajara, en una parcela de 1.830 m2 , asignada por Ayuntamiento capitalino al Obispado para este fin. La financiación del proyecto de recuperación y traslado fue financiado por la Dirección General de Obras Hidráulicas y Calidad de las Aguas de la Secretaría de Estado de Aguas y Costas del Ministerio de Medio Ambiente. La inversión final de la obra de ingeniería fue de 2.700 euros y la duración de los trabajos de traslado y reconstrucción de 36 meses.  El 13 de diciembre de 2000 se adjudicó la obra a  la Constructora Hispánica S. A.

En la magna obra se han mantenido la disposición original y las medidas del templo rural, numerando los sillares principales, impostas, cornisas, arcos, nervios, etc., para su posterior clasificación y nuevo ensamblaje en el emplazamiento urbano. También se recuperaron muchas tejas y piedras singulares del caserío con el objetivo de reutilizarlas en el nuevo espacio religioso en Guadalajara y reproducir lo más fielmente posible el entorno original.

En el bajo del edificio religioso se ha dispuesto un amplio espacio para el servicio pastoral parroquial y junto al templo se construyó otro edificio de nueva planta para atención diaria a los fieles y para vivienda del párroco.

 

El templo trasladado: Patrimonio recuperado

La iglesia es un hermoso ejemplar de templo rural de piedra de sillería de mitad el siglo XVI, de estilo gótico renacentista. Estaba dedicada allí a Ntra. Sra. de la Asunción cuando fue traslada hasta la capital alcarreña, donde cambió el nombre por San Diego de Alcalá, denominación del santo patrón del pueblo de El Atance y al que estaba dedicada la capilla lateral. La obra de traslado del templo fue realizada por el Ministerio de Medio Ambiente.

La iglesia está datada sobre el dintel de la puerta de acceso en 1578, aunque su capilla lateral es algo  posterior. Pertenece al renacimiento rural conservando las crucerías del gótico. La panorámica exterior está marcada por los contrafuertes en dirección sesgada de la capilla de San Diego y de la sacristía. A los pies del templo también se alza la espadaña que aloja dos campanas datadas en 1816 (la mayor) y 1954 (la pequeña) respectivamente, y ambas dedicadas a Santa María.

El acceso al interior es por un atrio cubierto sostenido por una columna renacentista.  El templo es de una sola nave dividida en cuatro tramos con bóvedas de crucería estrelladas, reforzadas por arcos fajones. Al fondo del templo se levanta el coro, que alojaba en su momento un órgano de trompetería del s. XVIII. Los paños laterales contienen guirnaldas de escayola con ángeles de estilo barroco. También el interior del templo albergó  varios retablos: el principal de estilo renacentista está restaurado y alojado en la Parroquia de San Gil de Molina de Aragón; otro menor que situado en el paño izquierdo dedicado a Ntra. Sra. del Rosario se recuperó y sirve en la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de la villa de Atanzón, y el tercero, después de ser también restaurado fue colocado en su lugar original en la capilla de San Diego de Alcalá. En una hornacina detrás del retablo referido sobre el paño izquierdo aparecieron dos capas de pinturas al fresco del siglo XVII con figuras de santos, ángeles y demonios, que recuperadas y restauradas por la Facultad de  Bellas Artes de Madrid se pueden contemplar en el Museo diocesano de Sigüenza.

La capilla de San Diego de Alcalá se abre al lado derecho, es de planta cuadrada y cúpula con nervios, cuya construcción se debe al párroco D. Pedro Bochones a inicios del siglo XVII,  para su sepultura. Contiene un retablo barroco dedicado a San Diego de Alcalá de 1698, aunque al ser restaurado se colocó en la hornacina central la imagen de la Virgen del Rosario y el santo patrón pasó al nuevo retablo mayor. En la actualidad esta capilla alberga una pila bautismal románica sin decoración y se usa también como capilla penitencial. Contigua a la capilla se abre la sacristía de similares dimensiones y apariencia constructiva. A los pies de la iglesia se accede al coro y al campanario por una escalera de caracol de nueva factura.

Este esbelto  templo situado en el pueblo caminero de El Atance en tiempos antiguos fue espacio de diversos encuentros episcopales y allí también se reunía periódicamente el Real e Imperial Cabildo de San Lucas.

En 2015 el templo parroquial  vistió el altar mayor con un retablo de nueva factura realizado en los talleres de Arte Martínez de Horche, que fue costeado principalmente por una donante descendiente del pueblo de El Atance y el resto por los fieles de la parroquia.

 

Los frescos recuperados

El primero de ellos de menor antigüedad y calidad está compuesto por la imagen de Jesucristo resucitado, sedente y bendiciendo con la mano derecha a los bienaventurados, y a un grupo de nobles y eclesiásticos, mientras que en la parte inferior y ardiendo entre llamas están los pecadores, a modo de Juicio final.

En la segunda pintura  mural al fresco es de figuras más acabadas y estilizadas. Aparece San Sebastián asaeteado a la derecha y al frente San Roque que es limpiado en su llaga por un ángel, ante la mirada del perro con el pan en la boca. Ambos santos llagados son protectores contra la peste. También puede distinguirse en otra figura al arcángel san Miguel venciendo al dragón.